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Want to know what the Bible says about Attending Church? Here are 10 Bible verses about Attending Church from the Old and New Testaments of the Holy Bible, Reina Valera Antigua (RVA), sorted from the most relevant to the least relevant.

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Hebreos 10:24-25 RVA
24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras;
25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
141
1 Juan 1:7 RVA
Mas si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
62
Hebreos 10:23-25 RVA
23 Mantengamos firme la profesión de nuestra fe sin fluctuar; que fiel es el que prometió:
24 Y considerémonos los unos á los otros para provocarnos al amor y á las buenas obras;
25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
32
Mateo 18:20 RVA
Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.
27
1 Timoteo 3:15 RVA
Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
25
Salmos 40:9-10 RVA
9 Anunciado he justicia en grande congregación: He aquí no detuve mis labios, Jehová, tú lo sabes.
10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón: Tu verdad y tu salvación he dicho: No oculté tu misericordia y tu verdad en grande concurso.
24
Salmos 84:4 RVA
Bienaventurados los que habitan en tu casa: Perpetuamente te alabarán (Selah.)
12
Salmos 127:1-5 RVA
127 SI Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican: Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guarda.
2 Por demás os es el madrugar á levantaros, el veniros tarde á reposar, El comer pan de dolores: Pues que á su amado dará Dios el sueño.
3 He aquí, heredad de Jehová son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre.
4 Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.
5 Bienaventurado el hombre que hinchió su aljaba de ellos: No será avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.
0
Hechos 16:1-40 RVA
16 DESPUÉS llegó á Derbe, y á Listra: y he aquí, estaba allí un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía fiel, mas de padre Griego.
2 De éste daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
3 Este quiso Pablo que fuese con Él; y tomándole, le circuncidó por causa de los Judíos que estaban en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era Griego.
4 Y como pasaban por las ciudades, les daban que guardasen los decretos que habían sido determinados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalem.
5 Así que, las iglesias eran confirmadas en fe, y eran aumentadas en número cada día.
6 Y pasando á Phrygia y la provincia de Galacia, les fué prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
7 Y como vinieron á Misia, tentaron de ir á Bithynia; mas el Espíritu no les dejó.
8 Y pasando á Misia, descendieron á Troas.
9 Y fué mostrada á Pablo de noche una visión: Un varón Macedonio se puso delante, rogándole, y diciendo: Pasa á Macedonia, y ayúdanos.
10 Y como vió la visión, luego procuramos partir á Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
11 Partidos pues de Troas, vinimos camino derecho á Samotracia, y el día siguiente á Neápolis;
12 Y de allí á Filipos, que es la primera ciudad de la parte de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días.
13 Y un día de sábado salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos á las mujeres que se habían juntado.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
15 Y cuando fué bautizada, y su familia, nos rogó, diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad: y constriñónos.
16 Y aconteció, que yendo nosotros á la oración, una muchacha que tenía espíritu pitónico, nos salió al encuentro, la cual daba grande ganancia á sus amos adivinando.
17 Esta, siguiendo á Pablo y á nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de salud.
18 Y esto hacía por muchos días; mas desagradando á Pablo, se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en la misma hora.
19 Y viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron á Pablo y á Silas, y los trajeron al foro, al magistrado;
20 Y presentándolos á los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad,
21 Y predican ritos, los cuales no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos Romanos.
22 Y agolpóse el pueblo contra ellos: y los magistrados rompiéndoles sus ropas, les mandaron azotar con varas.
23 Y después que los hubieron herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con diligencia:
24 El cual, recibido este mandamiento, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.
25 Mas á media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos á Dios: y los que estaban presos los oían.
26 Entonces fué hecho de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se movían; y luego todas las puertas se abrieron, y las prisiones de todos soltaron.
27 Y despertado el carcelero, como vió abiertas las puertas de la cárcel, sacando la espada se quería matar, pensando que los presos se habían huído.
28 Mas Pablo clamó á gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal; que todos estamos aquí.
29 El entonces pidiendo luz, entró dentro, y temblando, derribóse á los pies de Pablo y de Silas;
30 Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que estaban en su casa.
33 Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego Él, y todos los suyos.
34 Y llevándolos á su casa, les puso la mesa: y se gozó de que con toda su casa había creído á Dios.
35 Y como fué, día, los magistrados enviaron los alguaciles, diciendo: Deja ir á aquellos hombres.
36 Y el carcelero hizo saber estas palabras á Pablo: Los magistrados han enviado á decir que seáis sueltos: así que ahora salid, é id en paz.
37 Entonces Pablo les dijo: Azotados públicamente sin ser condenados, siendo hombres Romanos, nos echaron en la cárcel; y ¿ahora nos echan encubiertamente? No, de cierto, sino vengan ellos y sáquennos.
38 Y los alguaciles volvieron á decir á los magistrados estas palabras: y tuvieron miedo, oído que eran Romanos.
39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que se saliesen de la ciudad.
40 Entonces salidos de la cárcel, entraron en casa de Lidia; y habiendo visto á los hermanos, los consolaron, y se salieron.
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