Read & Study the Bible Online - Bible Portal
C.S. Lewis
Aparentemente, las ratas de la vindicación y el resentimiento siempre están allí, en el desván, de mi alma. Y ese desván está fuera del alcance de mi voluntad consciente. Puedo, hasta cierto punto, controlar mis actos, pero no tengo un control directo sobre mi temperamento. Y si, (como dije antes) lo que somos importa aún más que lo que hacemos —si, ciertamente, lo que hacemos importa principalmente como evidencia de lo que somos— entonces se sigue que el cambio que más necesito llevar a cabo es un cambio que mis propios esfuerzos directos y voluntarios no pueden realizar. Y esto puede aplicarse también a mis buenas acciones. ¿Cuántas de ellas fueron hechas por el motivo correcto? ¿Cuántas por miedo a la opinión pública, o por un deseo de ostentación? ¿Cuántas por una suerte de obstinación o de sentido de superioridad que, en circunstancias diferentes, podrían haber conducido igualmente a una mala acción? Pero yo no puedo, a través de un esfuerzo moral directo, proporcionarme a mí mismo nuevos motivos. Después de los primeros pasos en la vida cristiana nos damos cuenta de que aquello que verdaderamente necesita hacerse en nuestras almas sólo puede ser hecho por Dios.
0 likes
C.S. Lewis
Escoger un mal cristiano y un buen ateo no sirve para comparar. Ambos son resultado de ciertas causas naturales y la educación recibida en sus primeros años, tienen ciertos temperamentos: el cristianismo promete poner ambos temperamentos bajo una nueva dirección si ellos se lo permiten. Lo que tenéis derecho a preguntar es si esa nueva dirección, si se le permite hacerse cargo, mejora la compañía. Nos comportamos como si la bondad fuera todo lo que Dios exigiera. Pero esto sería un error fatal.
0 likes

Group of Brands